CÓMO ME PESAN TUS CAMBIOS tan bruscos
noche brumosa y escondida
noche brumosa y escondida
te invento en un sueño de antaño
con una constelación de cinco estrellas
por la mañana eres tibia y dulce
cubierta de sombras y aromas
apenas clara, plateada, derramada,
en un silencio blanco, sinuoso, perezoso
cubierta de sombras y aromas
apenas clara, plateada, derramada,
en un silencio blanco, sinuoso, perezoso
un lucero es un bello adorno en tu ventana
ondas de luz entretejen tu nuevo despertar
que pintan un contorno de sombra difusa
de montaña sobre tu contorno dormido
ondas de luz entretejen tu nuevo despertar
que pintan un contorno de sombra difusa
de montaña sobre tu contorno dormido
abrazas una tierna creatura salvaje
en lo alto del mediodía
te vuelves complicada y caótica
atascada en tus sentimientos encontrados
me invaden tus calientes y filosos reproches
me descubro frágil al sentir muy dentro
tu apresurado fastidio que fatiga
como un ardor caliente en los ojos
como un ardor caliente en los ojos
es voluble tu temperamento
sin mas te desatas tu pelo negro
que escurre en tus bellos hombros
y un perfume de ondas con holandas blancas
se sostiene brevemente en el ambiente
se sostiene brevemente en el ambiente
una fragancia excesiva caféinada
dotada de tímidos hilillos grises
entretejen una actitud escurridiza
que me da la espalda
y esquiva mi sorprendida y abierta mirada
siento la nostalgia húmeda
la de mi infancia
la que ya se fue y no volverá a ser
siento un afiebrado frío glacial
las rachas se amortiguan oscilantes
en una suave ondulación de lenguas marinas
llueven gotas de luz
y vuelves a ser cálida y apresurada
te descubres en medio de la tarde
vestida de azul lejano e inasible
tu cuerpo es la tela plegadiza
que atrae y atrapa las miradas
todo termina al cerrar los ojos
y percibir destellos como anguilas de luz
el sol se ha guardado en el cofre
el sol se ha guardado en el cofre
y los patios se recogen taciturnos
tu fuego es agua arrepentida
tu vientre es una plaza irritada
los pasadizos de tu intimidad
oscurecen como nidos subterráneos
oscurecen como nidos subterráneos
las luminarias marcan tus pistas nocturnas
en las esquinas oscuras de tu cuerpo
el fuego hipnótico atrapa tu mirada deseosa
en las esquinas oscuras de tu cuerpo
el fuego hipnótico atrapa tu mirada deseosa
te desnudas, te aligeras,
reposas con tu fatiga en vértigo
en una almohada de piedra
en una almohada de piedra
todo termina al cerrar los ojos
eres doble que se desdobla
doblándose sobre si misma en su mismo doblez
todo termina al cerrar los ojos
todo termina al cerrar los ojos
Hernando del Retoño. nov 2015.
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