Sonetos a los Arcángeles
Miguel
Al riesgo y la virtud libró su vuelo;
y el pie que alzó entre brisas luminosas
tocó la oscuridad y las ruidosas
orillas donde el monstruo hunde su vuelo.
Se oyó el abismo de la tierra al cielo.
Y ante el mundo sangrante de las cosas
cortó el arcángel las pestilenciosas
cabezas de volcánico flagelo.
La Virgen de las vírgenes subía
del cielo que enfloró con nuevas voces
a otro cielo de incógnita alegría.
Suspendiendo los coros de la vida
pasó el arcángel -nube y luz veloces-
punzando estrellas con su espada henchida.
cfr:"Esta barca sin remos es la mía", Carlos Pellicer, Xalapa, México, Universidad Veracruzana. 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario