martes, 22 de septiembre de 2015

Bestiario

BESTIARIO.
Juan José Arreola.

Insectiada

Pertenecemos a una triste especie de insectos,
dominada por el apogeo de las hembras vigorosas,
sanguinarias y terriblemente escasas. Por cada una
de ellas hay veinte machos débiles y dolientes.

Vivimos en fuga constante. Las hembras van
tras de nosotros, y nosotros, por razones de seguridad,
abandonamos todo alimento a sus mandíbulas insaciables.

Pero la estación amorosa cambia el orden de las cosas.
Ellas despiden irresistible aroma. Y las seguimos enervados
hacia una muerte segura. Detrás de cada hembra perfumada
hay una hilera de machos suplicantes.

El espectáculo se inicia cuando la hembra percibe un
número suficiente de candidatos. Uno a uno saltamos sobre
ella. Con rápido movimiento esquiva el ataque y despedaza al galán.
Cuando está ocupado en devorarlo, se arroja un nuevo aspirante.

Y así hasta el final. La unión se consuma con el último superviviente,
cuando la hembra, fatigada y relativamente harta, apenas tiene
fuerzas para decapitar al macho que la cabalga, obsesionado
en su goce.

Queda adormecida largo tiempo triunfadora en su campo de eróticos
despojos. Después cuelga del árbol inmediato un grueso cartucho
de huevos. De allí nacerá otra vez la muchedumbre de las víctimas,
con su infalible dotación de verdugos.

Bestiario, Juan José Arreola, Editorial Joaquín Mortiz, S.A. de C.V. México D.F. 2006.

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